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Incendios en fin de periodo estival chileno serán constantes por cambio climático, afirman expertos

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Chile fue afectado por incendios forestales que siniestraron más de 15.000 hectáreas en marzo, el fin del verano austral, una fecha atípica para estos fenómenos que continuarán sucediendo en el futuro con eventos extremos, provocados casi su totalidad por personas y extendidos por condiciones del cambio climático, plantearon expertos.

Fuente: Agencia de Noticias Xunhua Español

Chile fue afectado por incendios forestales que siniestraron más de 15.000 hectáreas en marzo, el fin del verano austral, una fecha atípica para estos fenómenos que continuarán sucediendo en el futuro con eventos extremos, provocados casi su totalidad por personas y extendidos por condiciones del cambio climático, plantearon expertos.

A mediados de marzo, el presidente de Chile, Gabriel Boric, señaló en sus redes sociales que instruyó a personal de todo el Gobierno para que «esté desplegado en el marco de estos incendios», con el propósito de estar con «los afectados y sus familias».

Para el 24 de marzo, 27 focos de incendios estaban en combate y más de 7.800 hectáreas consumidas, que en el mes totalizaron sobre 15.000 en la zona centro-sur del país.

El especialista en análisis de la variabilidad climática Oliver Meseguer-Ruiz explicó a Xinhua que un año más asistimos a una temporada «tardoestival» con una elevada cantidad de superficie quemada en el país sudamericano.

«Este año, particularmente, han ocurrido una buena parte en el mes de marzo, y concentrados en gran medida en las regiones de la Araucanía y Biobío. Esto se explica porque asistimos a una primavera que fue ligeramente más lluviosa que los últimos años y la vegetación, que es combustible, demoró un poco más en secarse», apuntó el profesor del Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la Universidad de Tarapacá.

Agregó que, bajo unas condiciones de altas temperaturas, escasa humedad y viento, como las registradas a fines de marzo, «se dieron todos los ingredientes para la situación que hemos visto».

Para el investigador principal del Núcleo Milenio Andes Peat este es el escenario que vamos a enfrentar en las próximas décadas, «con respecto a este y otros muchos fenómenos extremos, más frecuentes e intensos».

El experto detalló que las hectáreas afectadas son mayormente plantaciones forestales, pero también hay afectación de bosque nativo, así como de viviendas.

«En Chile más de tres millones de personas viven en zonas de interfaz urbano-forestal, lo que da cuenta de una elevadísima exposición de la sociedad a estos fenómenos, posicionándolos como un riesgo extremo», advirtió.

Por su parte, el agroclimatólogo Patricio González Colville profundizó a Xinhua que los incendios forestales que afectaron a las regiones del sur de Chile tienen el componente humano, porque el 98 por ciento son causados por negligencia o intencionalidad y el cambio climático.

«Desde 2007, Chile centro-sur está siendo afectado por una caída pluviométrica, asociada a la mega sequía, que persiste hasta inicios del 2025», explicó el experto del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología de la Universidad de Talca.

Agregó a lo anterior que las temperaturas máximas extremas, ocurridas en los veranos del 2023, 2024 y 2025 con valores entre 38 a 42 grados Celsius, fueron anormales para un clima mediterráneo, «el cual está siendo perturbado por el calentamiento global».

Profundizó que en enero de 2025 la Tierra tuvo un registro promedio de 1,75 grados Celsius por sobre valor preindustrial (1850-1900).

«Estas variables han generado un estrés hídrico y térmico tanto en la flora nativa como en la introducida, pino y eucaliptos, ambos altamente inflamables», comentó.

En este panorama, el calor extremo y sequedad continúa porque «cualquier fuego que se inicie, sea por intencionalidad o descuido, como quemas agrícolas no autorizadas, generara incendios catastróficos como los ocurridos entre las regiones de Biobío y La Araucanía», explicó.

«Los incendios, una vez iniciados, se vuelven erráticos y explosivos, pues en su interior se producen bajas presiones que absorben oxígeno el cual alimenta con mayor intensidad el fuego», apuntó.

El experto añadió que otro componente asociado al cambio climático ha sido la mayor presencia de dorsales cálidas en altura que están en interface con vaguadas costera, generando vientos cálidos, desde la cordillera andina al mar, denominados «catabáticos».

«Suelen tener velocidades entre 50 a 70 kilómetros por hora con humedades relativas muy bajas. Estos escenarios crean las condiciones para incendios de gran magnitud», dijo.

«Lo importante es evitar que la acción humana genere fuego en los bosques, porque el escenario bioclimático para su propagación y daño a la población, están en alto riesgo. Por lo anterior se hace necesaria una vigilancia estricta, sobre las áreas de bosques, para evitar que se generen por la acción humana» concluyó el experto.